lunes, 10 de diciembre de 2012

NOTAS SOBRE EL AMOR. VISIÓN DE ALGUNOS ESCRITORES.


TEXTO PUBLICADO EN REVISTA DE LETRAS

“En toda mujer hay una emanación de flor y de amor”. Con esta frase comienza Chateaubriand Amor y vejez, una meditación delirante, desgarradora y lúcida sobre la patología de la pasión.


Este escritor ha superado los 60 años y, después de haber atesorado a lo largo de su vida un sinfín de conquistas femeninas, rechaza en este libro a una joven que se le ofrece. Sabe que los iguales se buscan y, sabiéndose viejo, advierte de antemano el estrepitoso final de una posible relación amorosa con ella. Escribe:

Flor encantadora que no quiero coger, te dirijo estos últimos cantos de tristeza; los oirás solo después de mi muerte, cuando haya unido mi vida al haz de las liras rotas.

Entre otros motivos, señala que lo único que ella podría amar en él es una quimera que la realidad hará desvanecerse. Lo dice porque se siente acabado y ya no digno de ser objeto de pasión. Pero no solo por eso. También él duda de poder amarla.

Sí, es mi forma de ser. ¿Y acaso querrías ser abandonada por un viejo? Oh, no, joven encanto, ve al encuentro de tu destino.

Prefiere que ella huya rodeada de los celos y deseos que él siente. Opta por debatirse con el horror de sus años y el caos de su naturaleza, en la que, según añade, el cielo y el infierno, el odio y el amor, la indiferencia y la pasión se mezclan en espantosa confusión.
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