martes, 18 de marzo de 2014

`KASSEL NO INVITA A LA LÓGICA´: EL PASEANTE DE KASSEL



Es cierto que el silencio dice más que las palabras, aunque no quede más remedio que pasar por ellas para nombrarlo. Pero se puede darle nombre como un modo de callarse, mientras nos dejamos llevar por el impulso de su atracción y extrañeza, a partes iguales. Es la manera en que procede el paseante errático de Kassel no invita a la lógica, novela, recién publicada, de Enrique Vila-Matas. En continuo vagabundeo perplejo, su escenario es la Documenta 13, la célebre feria antimercantil de arte contemporáneo a la que fue invitado este escritor con el cometido de sentarse a escribir durante unos días cada mañana en un restaurante chino de las afueras de Kassel. Convertido así en instalación artística viviente, también dio una conferencia que llevaba el título irónico e incitante “Conferencia sin nadie.”

El protagonista de ese viaje andado en el espacio de la Documenta es y no es Vila-Matas. Desdoblado de forma sucesiva y simultánea en diferentes personajes, parece moverse con el coraje de los marinos que, una vez que le dan la espalda a la costa, avanzan por el mar sin miedo, sabiendo que en el vacío no hay ningún apoyo, nada a lo que aferrarse. Es tal vez esta manera de desplazarse, empujado por una curiosidad blanca, ajena a las visiones trilladas acerca del arte, la que permite ir hacia adelante. Mientras tanto, cabe plantearse el sentido del arte y de la vida, porque, como Vila-Matas escribe, ambos caminan juntos, forman una unidad. Dice vida, que no mundo, si por este se entiende el tiempo histórico que se vive. Porque si una cosa es saber que no se puede escapar de él, otra muy distinta tomar distancia crítica del mismo. Es lo que corresponde al llamado arte contemporáneo, capaz de crear vida ahí donde el mundo la destruye.
 
El viaje andado que emprende el paseante de Kassel no invita a la lógica, tan en sintonía con el tipo de escritura de Vila-Matas, posibilita adentrarse en lo desconocido e ir más allá. Polemizando con el arte discursivo o plúmbeo sobre algo, su mirada parece escudriñar los conceptos y las potencias invisibles del arte en sí. En definitiva, un universo de alegre y feliz complejidad que nos irá descubriendo el protagonista de esta novela. Y lo hace, sumergido en su propio viaje interior, con sus luces y sombras, y celebrando el hecho de vivir.

Enrique Vila-Matas. Kassel no invita a la lógica. Seix-Barral. Barcelona, 2014.-


martes, 4 de marzo de 2014

LA MUERTE DE LA POESÍA



Cabría preguntarse qué ocurriría si alguien regresara de la muerte y nos dijera que el mundo del más allá existe y es igual de aburrido que el de aquí en la tierra. Es probable que entonces a los poetas les abandonara la musa. La poesía se quedaría muda. ¿O acaso los poetas no se abren paso intentando vencer la línea, delgada y a la vez abismal, que separa el universo de los vivos del reino de los muertos? Que alguien regrese del Hades para revelar que tampoco allí se accede a la última verdad, podría defraudar las expectativas de los poetas.

Es esta una de las cuestiones que se narran en Así que Usted comprenderá, una inquietante y breve obra de Claudio Magris. En ella recrea este escritor el mito órfico cediendo la palabra a Eurídice, la protagonista del libro.  Eurídice, mujer de poeta, ha muerto y su marido urde un proyecto para rescatarla del Hades y hacerla regresar a la vida. El fracaso del plan liberatorio lo causa la propia Eurídice. No quiere revelarle a su pareja que el mundo del más allá es igual de monótono y vacío que el nuestro. Así le habla al Presidente de la Casa de Reposo eterna donde se encuentra: ¿Cómo decirle que, aquí dentro, aparte de la luz mucho más tenue, es como allí fuera? Que estamos detrás del espejo, pero que ese reverso es él también un espejo, igual que el otro.”

Ella manifiesta, refiriéndose a su marido poeta: Cantar el secreto de la vida y de la muerte, decía, quiénes somos de dónde venimos a dónde vamos, pero dura es la frontera, la pluma se rompe contra las puertas de bronce que esconden el destino, y así nos quedamos fuera devanándonos los sesos sobre el transcurrir y el permanecer, sobre ayer sobre el hoy y el mañana, y la pluma sólo sirve para llevársela uno a la boca y chuparla.” 

Para él la poesía tiene que escudriñar el secreto de la vida, rasgar el velo, abatir las puertas, tocar el fondo del mar donde se esconde la perla, dice Eurídice. ¿Cómo iba ella, que ha experimentado que tras la puerta no hay nada nuevo, a regresar y aguarle la fiesta? De revelarle su descubrimiento, vería un hombre acabado, un poeta condenado al silencio por habérsele robado el tema. Prefiere dejarlo en manos de la poesía, vano intento de rasgar las vestiduras a la verdad desnuda.

Imagen de Pedro Guerra.

Fuente: El Quinqué. La Provincia-Diario de Las Palmas