Turner siempre buscó que la luz penetrara en el cuerpo, hasta que el cuerpo desaparecía.(...)
Si hubiera llegado a pintar su último cuadro, habría sido una superficie blanca incandescente, la misma blancura cuando terminó que cuando empezó, pasando de una nulidad a otra nulidad, a través de toda la gama de colores.
D. H. Lawrence
(en LOS ÚLTIMOS DÍAS DE ROGER FEDERER Y OTROS FINALES. Geoff Dyer. Traducción de Damiá Alou. Random House.)