(…) Guillermo Boido:
Hay un poema suyo que parece sintetizar una bella idea acerca de la función del arte: El oficio de la palabra, / más allá de la pequeña miseria / y la pequeña ternura de designar esto o aquello, / es un acto de amor: crear presencia.
¿Podría desarrollar brevemente esa idea?
Roberto Juarroz:
Dice Octavio Paz, en alguna parte: Toda gran poesía debe enfrentarse con la muerte, y ser una respuesta a la muerte. Por ello, si esto es cierto, la poesía es la más alta forma de la sinceridad humana, y también de la osadía del hombre. Y he pensado que, en este enfrentarse con la muerte, la poesía actual ha descubierto otra cosa: lo que el hombre necesita no son respuestas, las respuestas son imposibles. No existen respuestas como fórmulas o como objetos que nos den la solución de esta cosa sin solución que es la vida y la muerte del hombre. Lo que la poesía busca no es el confortable recurso de una respuesta, sino algo mucho más grave y más importante para el hombre, que es, ante la imposibilidad de respuestas, crearle presencias que lo acompañen. La poesía crea, no soluciones, no fórmulas, no recetas fáciles para la vida, sino compañía para la vida. (…)
(De Roberto Juarroz. POESÍA Y CREACIÓN. Diálogos con Roberto Boido. Edición de Carlos Lohlé.)