Para un escritor la memoria es la tradición. (...) Son imágenes entreveradas en el fluir de la vida, una música inolvidable que ha quedado marcada en la lengua. La tradición tiene la estructura de un sueño: restos perdidos que reaparecen, máscaras inciertas que encierran rostros queridos. Escribir es un intento inútil de olvidar lo que está escrito.(...)
La esencia de la literatura consiste en la ilusión de convertir el lenguaje en un bien personal.
Ricardo Piglia.-
(en ANTOLOGÍA PERSONAL. 'La ex-tradición'. Editorial Anagrama.)