viernes, 19 de abril de 2019

MORIR SU MUERTE




Se cuenta que Franz Kafka, enfermo de tuberculosis, apenas podía comer en las últimas semanas antes de su muerte. Solo se comunicaba por escrito y su desesperado sufrimiento en el hospital le llevó a dejar una nota a su médico. "Máteme. De lo contrario es usted un asesino", escribió.

Ha corrido tinta y tiempo desde ese día de junio del año 1924 y, sin embargo, la controversia en torno a la eutanasia continúa abierta. Se defiende el derecho a una vida digna, pero se suele descartar el derecho a morir dignamente. Además, no está permitido elegir el momento en que se desea el personal acabamiento, sea en la enfermedad o en la salud. Expresada la anterior idea de diferente forma, el derecho al suicidio asistido forma parte, me parece, del derecho a la toma de decisiones sobre la propia vida hasta el último suspiro. Las personas no eligen nacer. ¿Por qué imponerles entonces la obligación de prolongar la existencia?

“Señor, concede a cada cual su propia muerte”, escribió el poeta Rainer Maria Rilke. Tal vez conociera las palabras de Séneca pronunciadas en torno al año 5 a.C. El pensador romano dijo: "morire sua morte", –morir su muerte–, en alusión al deseo de correspondencia entre el modo de vida y la manera de consumarla.

 Nadie escapa al golpe final de la muerte. Mientras no se produzca, todos deberíamos, creo, tener el derecho a morir de acuerdo a las convicciones particulares y al privativo estilo de vida. También disponer de la posibilidad de cometer un suicidio en condiciones dignas cuando se vive en un infierno y se siente que la vida pasa de largo. Acabar con la propia existencia de forma voluntaria alivia y no mata a los demás.




lunes, 1 de abril de 2019

´5´, LIBRO DE SERGIO CHEJFEC




Sergio Chejfec es un maestro en imaginar vidas que no se rijan solo por lo manifiesto. No parece entonces extraño que los protagonistas de su obra suelan moverse a tientas en fragmentos inestables de un mundo que se supone indeterminado y aleatorio. Así ocurre también en su último libro, 5, recién publicado en una hermosa edición por Jekill & Jill. Contiene dos textos de ficción literaria diferentes entre sí, aunque ambos guardan relación con las vivencias que le aportó a Sergio Chejfec su estancia como invitado en una residencia de escritores durante ocho semanas.

 La residencia está situada en una pequeña ciudad marítima que se presenta abstracta y fantasmal ante sus ojos, tal vez bastante parecida a como el escritor recién llegado a la residencia experimenta la noche. Se asoma por primera vez al balcón y la oscuridad carente de acción, ruidos y colores diurnos le resulta más legible que la claridad del día. Porque no conoce todavía el entorno, la mirada se anticipa a construirlo.

Sergio Chejfec parece referirse en 5 a la naturaleza hipotética y huidiza de un mundo imposible de ser abarcado como unidad, en cuyos escenarios suceden acontecimientos que se vinculan antes a un espacio que a una cadena temporal. De ahí el significativo lugar que ocupa en su libro la descripción del entorno perceptible, a través de la que se narran las experiencias y sus modificaciones.

Las circunstancias son, pues, decisivas. Crean realidades y verdades. También por eso, quizá, los protagonistas de 5 dicen y a continuación se desdicen, así como son capaces de mantener dos ideas contrarias a la vez sin que se contradigan, cuestión que Sergio Chejfec logra con maestría. Un motivo que se añade a mi admiración por su obra.



FUENTE: EL QUINQUÉ. LA PROVINCIA-DIARIO DE LAS PALMAS.