jueves, 13 de diciembre de 2012

LA TÍA DE MO YAN


Los periodistas fueron con sus cámaras a China para conocer in situ la extensión social y familiar del Nobel de Literatura Mo Yan. Querían inspeccionar esa "dimensión horizontal", tal y como denomina Reiner Stach a lo que forma parte de la vida exterior de las personas. ¿Habrán descubierto los periodistas que también Mo Yan tiene que comer y hacer la digestión como el resto de los mortales?


Si en el pasado un puñado de periodistas se hubiesen tenido que desplazar a la Praga de Kafka, ¿qué podrían haber dicho de la vida de este escritor que confesaba pasarse la mitad del día en la cama o en algún sofá, apático y soñando lejano? Nada que se relacionara con lo que escribía y dejaría en la posteridad sin aliento a tantísimos lectores. Entre otros motivos, porque el arte de los escritores se despliega interiormente o, como dice Stach, en una "dimensión vertical".
En esta puede penetrar el paisaje social, pero es la ficción literaria el ámbito desde el cual los duendes internos de los escritores se encargan de recrearlo.

Sobre la diferencia entre realidad y literatura debe de saber bastante la tía de Mo Yan. Cuenta este en su reciente discurso, con motivo de la aceptación del Nobel, que en Rana, su última novela, aparece la figura de su tía y que ahora muchos periodistas han ido a su casa para entrevistarla. Al principio mostró mucha paciencia en las entrevistas, pero después no lo soportó y se escondió en casa de su hijo.
Mo Yan distingue entre su tía real y la literaria. A la segunda le dio el nombre de la primera, modelo que inicialmente inspiró su novela. Pero ambas son diametralmente distintas. La tía real es alegre, encantadora y feliz, mientras la literaria parece un miembro de la mafia y una loca que vaga en la noche como un fantasma.

La tía de Mo Yan no se enfadó cuando supo cómo él la había descrito en Rana. Ha sabido entender la compleja relación entre los personajes literarios y las personas reales.

Fuente: EL QUINQUÉ. LA PROVINCIA/ DIARIO LAS PALMAS