.Decir que la Literatura ha muerto es a la vez empíricamente falso e intuitivamente cierto. (Lars Iyer).Después de todo, tras el terremoto que desató en el lenguaje, los más lúcidos sucesores de Joyce nos parecen hoy sobrevivientes caminando entre los cascotes, bajo un cielo insondable sin estrellas, deteniéndose ante las pocas hogueras –y aún gracias– que arden. (Enrique Vila-Matas).He aquí el hombre íntegro arremetiendo contra su calzado cuando el culpable es el pie. (Samuel Beckett)
Si tuviese que elegir una cita que definiera Magma, novela de Lars Iyer, habría recurrido a la que abre este texto. Pertenece al propio Lars Iyer, aunque no a esta novela, excelentemente traducida porJosé Luis Amores y editada en Pálido Fuego. Está contenida enDesnudo en la bañera, asomado al abismo (Manifiesto literario tras el fin de la literatura y los manifiestos). Se trata de un escrito que recomiendo fervientemente, si se desea captar en una mayor dimensión aquello de lo que se habla en Magma.
Esta novela parece desplegarse desde dos perspectivas que se entrecruzan hasta confundirse en una sola que podría llevar la firma “no hay salida para la literatura”. O tal vez: “la única salida posible es reconocer que no hay salida”. A partir de este reconocimiento se vislumbraría, quizá, el camino a seguir.
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