Existe una palabra para designar a aquel que pierde a su cónyuge, y también una palabra para los hijos que se quedan sin padres. Sin embargo no existe una para los padres que pierden a sus hijos. (...) Es algo tan temido, tan inaceptable, que hemos decidido no nombrarlo.
Guadalupe Nettel. -
(en LA HIJA ÚNICA. Editorial Anagrama.)