domingo, 14 de octubre de 2018

DEFENSA DE LA BREVEDAD


Pierre Michon tardó ocho años en entregar su obra La Grande Beune a la editorial. Precisó ese tiempo para darse cuenta de que a su texto le sobraban dos terceras partes. Necesitaba aligerarlo. Al final dio a publicar solo un tercio de las páginas que había escrito. Lo cuenta en Llega el rey cuando quiere, excelente libro que, editado en Wunderkammer y traducido por María Teresa Gallego Urrutia, recoge entrevistas realizadas a este escritor. Michon no se corta un pelo y se muestra autocrítico, divertido, ingenioso y provocador en sus respuestas, cuyo hilo conductor es tal vez su defensa de la brevedad en la escritura literaria. No en vano censura la novela concebida como cajón de sastre atestado de digresiones, peripecias, diálogos, sucesos y aventuras en detrimento de la voz y del enunciado que se ahoga, dice muy gráficamente, al ponerle demasiada agua al caldo.

Razón no le falta. ¿Acaso no se publican hoy, en nombre de la supuesta ductilidad de la novela, libros cortos de aliento y carentes de valor literario? 
Pierre Michon denuncia los libros gruesos, donde cabe todo, que tanto gustan al mercado y que, con un exceso de acción y acontecimientos relativos y arbitrarios, hacen que la novela pierda, por el camino, el potencial energético de la prosa.

Recurre a una metáfora farmacéutica para explicar el cajón de sastre en que se suele convertir la novela. Establece un símil entre un medicamento que contiene 0,5% de penicilina y 99,5 de excipiente y entre la novela tal y como se hace cada vez más en la actualidad: un excipiente enorme en que se ha perdido la penicilina. Contesta, además, con humor a los hipócritas que le suelen preguntar para cuándo esa gran novela suya: “Está muy claro, si un día puedo conservar intacto y sin manipulación mi potencial enunciativo durante trescientas páginas, no me negaré a ello; lo que pasa es que me da miedo estar ya con una transfusión de vena cuando llegue a la página trescientas.”
Considera que para escribir y perseverar en la escritura hay que querer perforar una pared y creer que las palabras le abrirán una brecha.




FUENTE: EL QUINQUÉ: LA PROVINCIA-DIARIO DE LAS PALMAS.